RÁFAGA DIURNA

"Uno está enamorado cuando se da cuenta de que otra persona es única".

Jorge Luis Borges (1899-1986) Escritor argentino.

FELIZ NAVIDAD

Odio que el calendario me dicte cuándo deba disfrutar el tiempo del amor y la felicidad entre humanos, odio que me lo diga la televisión con padres que se besan y niños que devoran turrones, odio que me deseen felices fiestas los mismos que el resto del año me vuelven la cara. Odio sus correos con vomitivos deseos de paz entre los hombres, mucho más aún aquellos que tratando de ser originales, logran rizar el rizo de lo patéticamente insostenible con chistes de barrio que hacen carcajear a la plebe en torno a una mesa repleta de cigalas. Odio los trineos de un Papá Noel abotargado de Coca-cola que promulga regalitos con lazos impolutos días antes de que los reyes se cuelen por la ventana. Odio a las mentes frágiles que lavan sus manos donando calderilla al tele-maratón de turno para tapiar la triste realidad que esconden tras la cortina, odio que en primavera ese señor ya no se acuerde de África ni se preocupe por volver a hacerlo. Odio las multitudinarias ventas de juguetes que facturan en una semana el 75% de lo recabado en todo un año mientras un martes cualquiera los sueños de un niño se pudren en las jugueterías. Odio las ofertas masivas temporales de telefonía que tratan de maquillar con benevolencia hacia el cliente la millonaria planificación de su director de marketing.

Odio que los mismos que se jactan durante todo el año de promover campañas de ahorro energético, den desde noviembre lecciones de despilfarro social con millones de bombillas perfumando el hedor a crisis que tanto ayer nos acuciaba (el ayuntamiento de Madrid, por ejemplo, se ha gastado este año 3,5 millones de euros, "sólo" un millón de euros más que el año pasado, en un alumbrado que emitirá 3000 toneladas de C02 a nuestra herida atmósfera, un nuevo lujo para un país que ya es líder en incumplir el protocolo de Kioto). Odio el colapso de líneas de teléfono la víspera del año nuevo para demostrarnos de modo lamentable que nos importamos, prefiero un te quiero inoportuno en una tarde cualquiera. Odio los putos villancicos que ensalzan la grandeza de un salvador que prometió venir a verme, odio los portales de Belén que caducan cuando crece el niño, odio la lotería por rescatar la esencia del corazón navideño que nos empuja a querer salir cuanto antes de éste maldito protocolo de la mano de un boleto, odio que pronto comiencen las fiestas en Agosto y me cuelguen una guirnalda de la toalla, odio que las empresas nos traten como a títeres invirtiendo un gran presupuesto en publicidad para recordarnos nuestro papel de consumidores sin criterio.

Odio que sean tan cínicos como para empapar éstas fechas de sentimientos entrañables en defensa de valores familiares y de elogio de la solidaridad con el único propósito de llenarse los bolsillos, odio que los borregos se aglutinen con los belfos rebosantes de uvas frente a un campanario, odio que hasta la gente de a pie se lucre (a río revuelto, ganancia de pescadores) del negocio con carísimos cotillones de etiqueta en los que no me dejan meter el piercing, odio que su actual modelo de consumo (del cual todos somos los únicos responsables de principio a fin) incremente el número de personas desnutridas en cuatro millones, mientras en estas fechas se tiran hasta un 40% de los alimentos producidos, debido a descartes por exigencias estéticas del mercado, los fallos en la distribución de tan grandes volúmenes, etcétera. Odio a quien puso precio y fecha cada 6 de Enero a la hipocresía de obligarnos a regalar materialismo a quienes comparten nuestros días, pudiendo mostrarles nuestra honra con un detalle sincero y entrañable cualquiera de los 364 días restantes. Odio que nadie en éste mundo se replantee acotar el periodo navideño a la mera navidad de nuestros ancestros, desde Nochebuena a Reyes, como ocurrió toda la vida hasta la llegada de El Corte Inglés, lo cual supondría paliar en más de la mitad todo este derroche.

El espíritu de la navidad tiene resaca desde que una mañana me levanté con cara de candidato a rey mago.

9 comentarios:

  1. Quiero ir a Laponia.
    Quiero ir a Laponia.
    Quiero ir a Laponia.
    Quiero ir a Laponia.
    Quiero ir a Laponia....

    Laponia, Caravana y la mente llena de estrellas.

    ¿ Te vienes? :)

    Beso.

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  2. Sabía que escribirias esto....

    Menos mal que todavía queda gente que no es como tu escribes aquí no? ya sabemos quienes son. Gente que regala cosas sencillas todo el año, como cd´s, sonrisas, gestos amables, palabras sinceras y otras cosas que nos llenan de verdad.

    Yo esta navidad celebraré con mis amigos, les desearé lo mejor y estaré ahí, vamos como hago durante todos los días del año.

    Disfrutaré de mi familia como cada vez que tengo la oportunidad, me encanta estar con ellos y a ellos conmigo.

    Me gusta la foto, quiero estrellas de esas para mi salón todo el año.

    Feliz Navidad gitanito brindaré por ti como ya he hecho un día y no cualquiera del año pero sin tí

    Un beso enormeeeeee

    Ah chicos en laponia hace frío, pero yo me rio....

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  3. Sabía que lo adivinarías porque para eso eres una brujita, jejej. Me conoces lo suficiente como para saber que jamás renuncio a mis principios, más afianzados si cabe cada año después del brindis... Te deseo lo mejor gitanita, un besazo enorme desde la ciudad del viento.

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  4. a mí me gusta mucho la navidad porque se come mucho y bien, te regalan cosas y no se trabaja. pero tienes parte de razón en que al menos comer mucho y bien y no trabaja se debería hacer más a lo largo de todo el año. un abrazo.

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  5. a mí me gusta la navidad porque se come mucho y bien, te regalan cosas y no se trabaja, no hay más. creo que tienes parte de razón eso sí, se debería comer mucho y bien y no trabajar a lo largo de todo el año. yo lo intento eh, te lo prometo. jeje. un saludo.

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  6. Compañero del alma...no te voy a desear feliz navidad pués sería absurdo...solo larga vida y creatividad y sobre todo tiempo para disfrutar de los seres queridos y amigos.Un fuerte abrazo y gracias por tus palabras que significan mucho para mí.A ver si nos vemos pronto.

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  7. Mi maaaa, lo has clavado...

    Un biquiño, guapo.

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  8. ..........Creo que lo has dicho todo!!
    1Abrazo

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  9. Empedernidamente de acuerdo.

    ¿Quién tiene la potestad de indicar cuando sonreír? ¿Quién autoritariamente me exigirá ser feliz? ¿Acaso no podemos sentirnos llenos con las cosas sencillas de la vida? Al fin y al cabo, son el último refugio de lo complejo.

    Que los del camello me traigan ilusión para el año que viene porque está en paradero desconocido!

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