RÁFAGA DIURNA

"Uno está enamorado cuando se da cuenta de que otra persona es única".

Jorge Luis Borges (1899-1986) Escritor argentino.

DESAPRENDERNOS

"Que cada cual siga su inclinación, pues las inclinaciones suelen ser rayas o vías trazadas por un dedo muy alto, y nadie, por mucho que sepa, sabe más que el destino".

Benito Pérez Galdós (1843-1920) Escritor español.

Así, sólo así burlaremos al olvido. Justo así, de este modo tan cobarde, tan medroso ante lo obvio.

Si hoy salieras por esa puerta con mi beso encajado tras la lengua habríamos acuchillado a la rutina por la espalda; el universo volvería a ser variable, pero dejaría su fragilidad al descubierto. Una simple tarde de domingo desandada en el mundo y estaría caduco, hueco sin tu llamada. Y todo volvería a ser nuevo, cierto para ti en estas manos que se mueren por rozarte, pero yo... ¿Qué haré yo el día que ya no estés? Cuando el callejón que enfila tu puerta siempre esté ahí, esperando a que lo cruce y se me encharque el alma de momentos.

Dos extraños no se percatan del peligro inabarcable del amor, de su fantástico predominio sobre la voluntad más recia. Si te acercas, si me abrazas ya no podré volver a sentirme descuidado un solo instante, lo veo en tus ojos, porque tienen el brío de cien mares desatados y yo... Yo ya naufragué en otros hasta avistar el cielo en el fondo mismo del pozo. Desconocernos es el modo más valiente que encuentro para seguir vivo, ahora que aún no somos; que apenas a pujanza alcanza el juego.

Aún no arranco flores para ti, ni me asesinan las parejas abrazadas en los parques porque no comparo, no equiparo aún amor al destino venidero ¿Dónde va a caber sino tu sonrisa cuando nos desatendamos? ¿Cuando desaprendernos se nos antoje inalcanzable? Reiré entonces impávido entre amigos cuando aflore tu nombre, con el corazón descolgado del pecho, anegado de ti hasta los suburbios de mi ser. Reiré y entenderé entonces, sólo entonces que abarcabas demasiado, que inundabas con tu sola presencia.

Así, sólo así burlaremos al olvido. Ahora que nada se corrompe, que nada aún se nos ha estropeado; como un par de extraños que se esconden de sí mismos ignorados, mudados de la vida del otro. Te quiero tanto que no puedo por más temerte, y si no te beso niña... Si no te conozco, nunca tendré que perderte.

LA DUEÑA DE MI MELODÍA


"El amor cuando no muere mata, porque amores que matan nunca mueren"

Joaquín Sabina. Cantautor español.


En los mapas del cielo veo tus ojos. Observo cómo zapatean sobre las nubes, lejos de las frívolas farolas que acunan mi balcón. Allá en lo alto, ágiles enredando como siempre en mis adentros sin saberlo, zascandileando como un par de cascabeles revoltosos que tintinean en la cima del mundo.

Los miro detrás de mis ojos y recuerdo recordarme sus maneras, a pesar de tenerlos al lado, arropados tras sus pestañas apenas a un palmo de cama surcada de alientos, de seres descalzos y nidos de alondras. Y pienso en ti amiga, en los días de ausencia en las manos ahora que somos maravilla en la boca, despertándole al mundo las ganas de amar tanto... Tanto como quieras que queramos.

La dueña de mi melodía se duerme despacio, con la sonrisa pintada en los labios despintados. Se duerme y me asalta la fortuna de irrumpir en su reposo, con mi dedo en su contorno, fiel perfil de mi locura, contemplando a la belleza misma postrarse ante su cara. Y no busco ser para ella más que el propio ser que soy, apenas la frágil barquilla que la mezca ante la luna... Porque no quiero más que verla. Verla a todas horas, como juegan los niños a cabriolearse los años sin reparar en su fuga.

En los mapas del cielo veo tus ojos y no quiero nada, no necesito siquiera la vida más que por vivirla a fin de cuentas. Te tengo y me sobra esta cordura que me ata a los días, porque en tu piel se hace el año primavera y la dicha... La dicha de lo nuestro encela a la propia envidia amor.