RÁFAGA DIURNA

"Uno está enamorado cuando se da cuenta de que otra persona es única".

Jorge Luis Borges (1899-1986) Escritor argentino.

LAS COSAS QUE NUNCA TE DIJE

"En un beso, sabrás todo lo que he callado".

Pablo Neruda (1904-1973) Poeta chileno.


Se me escurría la vida y tenía que hacerlo. Sí, como cuando dejabas secar los segundos apelmazados sobre el hálito tragado, callado por no rozarme. Cuando no queda más remedio que gritarse a uno mismo lo terrible de envejecer en parsimonia, con el latido comedido, con el secreto crepitante... Tal es mi vencimiento mujer, justo ahí te necesito como antes, terminal en los labios.

¿Sabes? Hiciste llorar a mi poema pero él sigue mirándote en la nada, buscándote con los ojos anclados a otro tiempo, al camino desandado; borracho de recuerdos como se desquicia el pez frente al vidrio curvo. Y te observo cauteloso desde dentro, enfermizo como siempre, con la madurez que sólo prestan los proyectos vencidos que nunca comenzamos.

Caduco me raspé tu apego de antaño, lo limé hasta espantarme la cobardía, pero sigues aquí, a pesar de mil amores. A pesar de los glaciares habitados, de los bolsillos remendados... Aquí y no logro sacarte de mis días ni al batir de siete mares. Por eso me desprendo, por eso te acorralo.

Necesito rebosarme de la vida, desmedirnos la mesura hasta colgarnos de la luna. Sin reservas ni rodeos, sin certeza de un mañana en que volver a naufragarnos. Por eso para ser, seré sin más si tú me dejas... Por eso me suicido en esta boca que hoy te besa.

SIN RASTRO DE NOSOTROS

"El amor nunca tiene razones, y la falta de amor tampoco. Todo son milagros".

Eugene O'Neill (1888-1953) Dramaturgo estadounidense.



Si no se trata de serlo, no son las ganas creeme... Tan sólo es la ciudad, se nos quedó pequeña sin culpables y desde entonces las tardes dejaron de sernos únicas, liquidamos los colores sin saberlo y el beso se hizo frágil, tan tenue que se nos murió en los labios. Sin apenas percibirlo, cambiamos lo suficiente para despoblarnos del otro reina, volvimos a ser mortales de nuevo, como cuando aún eras tú, sólo tú, sin rastro de nosotros.

No es cuestión de pies ni gatos, ya sabes de éste corazón, tenaz como las flores. Es que no hay razones de más, perecimos de abandono ¿Acaso no lo viste? Después de tanto ser, de tanto habernos coexistido en el pasado, de pronto advertimos esa noche cómo tanto amor era sólo lo que pasaba mientras moríamos.

Y tuve ganas de gritarlo a quebrantar el aire niña, de romperme en los adentros cada hueco de tu ausencia ¿Sabes? Olvidé decir te quiero y se me hizo impar la danza, como a ti limarme el miedo, no hay más. Fuiste ese todo, la voz que me hizo íntegro, pero no me culpes de un quizá, de un mañana; de aquel pudo y no fue. Nos fuimos sin más prescindiendo de la luna, dejándonos todo eso en la quietud de una solidez fingida.

Como dos sombras chinescas diluyéndose en el mar nos abandonamos querida y le perdimos al hechizo ese pedacito del otro; buscándome en las nubes, llorándole a los gorriones.

FUIMOS NOSOTROS

"Cada hora hiere, la última acaba con nosotros".

Théophile Gautier (1811-1872) Poeta, crítico y novelista francés.




Fuimos nosotros princesa y el ancho mar se abanicó de olas...

Detente por favor, sostenme la herida de lo que se me escapa aquí adentro. Necesito bramarlo sin que sane, desde el velero que audaz me ha ido surcando las pupilas toda una vida hasta llegar a ti. ¿Es que acaso no lo ves? Pusiste sin saberlo piel a este burdo cuerpo, insensatez a lo adecuado, a lo meramente correcto... Como ese estúpido dictamen de lo casto, fuimos la desazón del comedido.

Sujétame el latido porque creo que planeo conquistarte desde aquí, desde esta maldita orilla de los vencidos ¿Sabes? Necesito ocuparte la sonrisa, vencerte por las malas hasta anudarnos los sentidos. Preciso seducirte sin el pánico a perderte, persuadirte... Engatusarte de algún modo, pero eres tan bella que abatiste mi piropo.

Vamos a encelar la luna bajo el deflagrante vuelo moribundo de una estrella fugaz, vamos a mudarle al planeta los naufragios, a bebernos sin por qué esta razón última... Querida, invadirte las palabras con este revuelo de besos crepitantes, con este murmullo de sueños que se me posan al futuro debe ser lo más cercano a adorarte... Por eso necesito advertirte la urgencia de este pobre proceder. Juro que jamás quise quererte, pero te vi caminar y tus pasos desandaron mi camino, allá donde murió el reparo de mi boca; justo en la franqueza de amarte a toda costa.

Por eso me derramo en este apremio a vida o muerte, por eso le alcé de puntillas el corazón al poema que hoy te mece.