RÁFAGA DIURNA

"Uno está enamorado cuando se da cuenta de que otra persona es única".

Jorge Luis Borges (1899-1986) Escritor argentino.

ALIADOS

"No existe nada más interesante que la conversación de dos amantes que permanecen callados".

Achile Tournier (1847-1906) Escritor francés



Dos amantes aman solos, en su noria de tabaco y ron. A ratos lentos, en la profundidad de una tarde azul, como esta en que se duelen de nuevo en ese par en que no son, en el uno en que conviven.

Dos amantes se susurran en la nada y él le acuna la mirada, con el mimo enternecido de la niña de sus ojos. Ella linda lo despoja de vida a versos junto a un patio de naranjos, bajo un son de caracolas. Al vaivén de un viento fresco que les sabe a madrugada, a aquella ropa encendida sobre hogueras de cuero, bajo aquellos desconcertantes ojos de gata.

Ella lo piensa y él se ilusiona al soñarla en una canción de esquina, inmortal como el recuerdo de un portal devorado a ganas de ganar de nuevo todo aquello que perdieron una noche de verano. Él la acuna y ella se muere por barrerle el legalismo, ese afecto de aliados. Por morderlo a insensatez, por mudarse de planeta de su mano como siempre; como mueren las mañanas del mundo sin tenerse en otros brazos. Con el cumplimiento y la regularidad de siempre, uniformes en la nada del afecto, del leal querido en vida que te aguarda hasta la muerte... permanecían vivos. Respiraban aún, pacientes, a sabiendas de quererse sin remedio para siempre. Respiraban por la sola certeza, por esa imperiosa necesidad de inagotarse las horas que algún día los arrancarían del mundo.

Como chiquillos eternos en el pacto de adorarse, de recordarse cualquier noche al contemplar la luna, como anzuelos que se buscan en lo inmenso del abismo, sin las manos, sin la lengua, más allá del suelo en que se esquivan... se adoraron en el acecho, hasta el confín de lo tardío. En la espera prorrogada, como si demorar la vida fuera acaso a salvarlos de la muerte.

Dos amantes van muriendo en su pacto, paulatinos, sin saber que van muriendo. Como tú. Como yo. Graduales, agónicos en la llama que les peca la boca a la espera de un rescate legendario, tan absurdo como maravilla la utopía de aguardarlo cada día.

ESCAPAR DE UNO MISMO


"Al primer amor se le quiere más, a los otros se les quiere mejor".

Antoine de Saint-Exupery (1900-1944) Escritor francés.





Donde ya no la tuvo se sostenían sus noches, engarzadas con el fino hilo de un recuerdo en que eran uno, ningún destino para cien mañanas sonreídas.

Se le encanecían las horas apoyadas en su orilla, en ese amar cotidiano que se profesaban ahora en otros, quizá tan eterno como aquel que ayer les poblaba las manos, apenas un siglo allende esos labios que lo amaron sin condiciones...

Donde ya no la supo suya siguió averiguándole un fleco a su estima, a la espera de nada, al acecho de todo. Un soplo de interés vacuo al abismo que los separaría para siempre. Sin resignarse a saberse podrido se aferraba a esas migajas de dudas que ella jamás le regalaba, por si tuviera remedio el abandono de sentirse algo más viejo, por si llegara ese instante en que lo echara de menos de nuevo, como tan antaño siempre hiciera.

Al olvido del olvido fue acechándole la vida, de ese modo tan cobarde de no decirse que no; de puntillas a esa vida confinada a otra ventura tan lejos de su boca. Como si acaso quisiera en el fondo quererla de nuevo, no seguir mirándola de reojo en las pupilas que lo aguardaban en casa... Quererla, en busca de nada, del aroma a cariño lejano, a esas ganas tan perdidas de querer morder la vida.

Y con el pesar del que escapa de sí mismo cuando ya es demasiado tarde, dejó entreabierta la puerta al destierro ya pasado, aguardando a las golondrinas que les sobrevolaban en el parque, no a sus labios; sólo a aquel sentir tan colosalmente puro que sólo por vivido no se vuelve a repetir.

EL IDIOMA DE LAS FLORES

"Podrán cortar todas las flores, pero no podrán detener la primavera".

Pablo Neruda (1904-1973) Poeta chileno.




Se ha desbordado la madrugada en los jardines, el aire sabe a dos bocas... ha estallado la primavera.

Llegó la primavera escupiendo nieves, con resaca de marzos y nostalgia de abriles. Entró rodando por mi escalera con los labios henchidos de flores, con su cielo impoluto de blancas banderas y aves coquetas que enfilan la mar.

Llegó el amor a los trigales y el pecado a su lenguaje de dos manos para un credo, de sospecha y fiel amante al cobijo de la luna. Llegó y parió un acorde esta guitarra, como si por unas horas fuera a ser mejor la vida...

Llegó y volvieron las heridas a curar de guerra, y una estufa muere de olvido en soledad. Y danzan los besos entre fieras devoradas, tenaces en la lucha de cuerpos, suicidas del vacío ombligo abajo. Llegó la primavera y el idioma de las flores nos embriaga sin saberlo, con los pies descalzos y el corazón vulnerable a la belleza de limoneros y patios, de un espejo en la laguna, del latido y sus modales.

No sé después, pero hay vida antes de la muerte.

LA GARGANTA DEL MAR

"Produce una inmensa tristeza pensar que la naturaleza habla mientras el género humano no escucha".

Victor Hugo (1802-1885) Novelista francés.

Sobre la piel del mar caminaban las sombras, los sueños de nadie hacia la nada.

Sobre el estruendo de la noche calma, arrasando los labios del villano, el alma de algún héroe... De entre las bambalinas del aire, justo en el rugir de la garganta del mar, como si apenas hubiera justicia en la esencia de estar vivo, de morirse en los adentros, nació la nada.

Prendió la llama y tiritó la tierra desde las entrañas, como si quisiera sacudirse el peso de un tiempo caduco, desgastado de miedos y fortunas desventuradas. Como si algo viniera a recordarnos de nuevo nuestro lugar en el mundo, nuestro proceder incauto y doliente, nuestra posición de lirios a merced de todo.

Como si amar fuera algo en vano, como si hubiera en el derecho a réplica un sentido mismo, a la súplica más allá del mismo Dios que otros comparten. De lo impune del desastre al discreto balanceo de un ave, ahora que en el abismo ya nadie se detendrá a cantar, a mirarse en el destierro, a rescatar del olvido inmediato un amarse entre novios; un "Disculpe, lleva mi corazón en la suela de su zapato..." quiero gritarme letras, quiero callar de dolor.

A veces, sólo a veces, uno descubre que hay rincones donde lloran las gaviotas, y es ahí donde el mundo le parece tan mundo a esta voz, que silencia sus palabras.

11 de Marzo del 2011. Solidaridad con el pueblo de Japón.