"Nadie es más solitario que aquél que nunca ha recibido una carta".
Las palabras no son sólo meros vocablos, son la voz de lo que somos, de cuanto seremos y, sobre todo, de aquello que nunca fuimos.
Yo nunca fui mayor, siempre me guardé niño a pesar de mi notable estatura. Fui siempre un diminuto cantarín abrazado a su guitarra. Ella, sólo ella fue mi verbo y mi lenguaje, más allá de todo principio, como sólo soñamos los soñadores de imposibles, como si apenas hubiera vida más allá de las canciones que otros oyen por oír. Pero también por ella dista el sur cada vez más del norte... y eso sólo va conmigo, sólo a mi me araña el viento que ya no entiende de horizontes.
Esta si es la carta que nunca tuvo destino, la que nunca rozó tus manos por vestir de melodía. La que grita lo que calla mientras calla cuanto grita. Porque sigues ahí mientras yo ando siempre lejos, porque el mundo nos debe tantas revanchas perdidas... Un clamor contra el olvido del besar de tiempos lentos en mis calles de Conil, siempre mis eternas calles; allá donde aún te me cobijas mientras sigo pregonando este cantar que me envenena. Uno nunca iba a hacerse mayor y ya ves... Las vueltas que nos dio la vida.
Por el presente que olvidó dedicarte sus honores, tu canción por siempre.
"Donde las palabras hacen su madriguera
escribo lo que canto y sobrevivo a mi manera.
Dejé el nido vacío, amor de callejuelas,
lunas a la deriva; mi rumbita ratonera...
Memoria de una duda bordada en el dobladillo
y el tiempo peina canas a los viejos amigos.
Piedras, me fui pisando piedras
en busca de esa frase que nunca llamó a mi puerta
La musa que se oculta detrás del lapicero
solo regala besos cuando tú me echas de menos...
Suenan los cascabeles que anuncian la mañana
y el aire bandolero me despeina la cara.
Náufrago, por vela una canción
Siempre al Sur el horizonte;
Seda, la de tu pañuelo
Por fortuna o desventura eché a volar
y una noche en altamar perdí los zapatitos nuevos.
Niña tú que enciendes mi cantar
de ropita en el balcón,
de zaguán y caramelos...
Tú barquilla entre olas que vienen y van,
yo cometa en altamar luchando con los cuatro vientos.
Qué lejos resuenan guitarras por Sabina,
El Aire de la Calle y su pellizco a mi pasado,
la noche duermevela de mi primer tabláo,
el alma en carne viva cuando me iba de tu lado...
El sueño parte a lomos de un potro desbocado
ahora que por fin siento que no me he equivocado".
escribo lo que canto y sobrevivo a mi manera.
Dejé el nido vacío, amor de callejuelas,
lunas a la deriva; mi rumbita ratonera...
Memoria de una duda bordada en el dobladillo
y el tiempo peina canas a los viejos amigos.
Piedras, me fui pisando piedras
en busca de esa frase que nunca llamó a mi puerta
La musa que se oculta detrás del lapicero
solo regala besos cuando tú me echas de menos...
Suenan los cascabeles que anuncian la mañana
y el aire bandolero me despeina la cara.
Náufrago, por vela una canción
Siempre al Sur el horizonte;
Seda, la de tu pañuelo
Por fortuna o desventura eché a volar
y una noche en altamar perdí los zapatitos nuevos.
Niña tú que enciendes mi cantar
de ropita en el balcón,
de zaguán y caramelos...
Tú barquilla entre olas que vienen y van,
yo cometa en altamar luchando con los cuatro vientos.
Qué lejos resuenan guitarras por Sabina,
El Aire de la Calle y su pellizco a mi pasado,
la noche duermevela de mi primer tabláo,
el alma en carne viva cuando me iba de tu lado...
El sueño parte a lomos de un potro desbocado
ahora que por fin siento que no me he equivocado".
A ti mamá