"La multitud no envejece ni adquiere sabiduría: siempre permanece en la infancia".
Johann Wolfgang Goethe (1749-1832) Poeta y dramaturgo alemán.
Hoy anduve como cada día la playa de invierno de mi pueblo, el cielo cubierto auguraba un peor pronóstico que el finalmente acontecido. Volví a contemplar los acantilados lamidos a olas y las rocas despojadas de arena por los temporales que nos azotaron estas pasadas semanas. La playa sin arena, la que luego ningún turista verá en verano porque los cargueros le remolcarán el sustento para volver a presumir de bandera azul. El cielo volvió a explotar, ardiendo a llamaradas violáceas mientras el horizonte se fundía poco a poco hasta volver a contemplar un infinito azabache totalmente homogéneo.
Subí la cuesta y mis pasos me llevaron hasta el Fernández Pózar, mi colegio de toda la vida. Hacía 15 años desde la última vez que lo pisé, mochila al hombro, hacia un futuro por deshojar. La nostalgia me arrojó contra su puerta y sin remisión, empujé la verja. Es tan complicado contar cómo se te llenan los ojos de días pasados, cómo te duelen… Me detuve un segundo a observar la pista donde me hice mayor, vacía y oscura en la noche, donde tiraba el Albal del bocata cada recreo, donde me escondía de los matones, donde uno nunca tenía tiempo para las niñas porque prefería jugar al fútbol con los colegas. Entré y vi la conserjería de siempre, la biblioteca había cambiado de ubicación. Al fondo el infierno, sin director en el despacho. Vi el hall donde cada año me encargaban siempre pintar los carteles gigantes de las fiestas con témperas de colores porque gané el concurso de cómics. Subí las escaleras con miedo a tocar la barandilla por si el niño que llevo dentro empezaba a llorar, encendí la luz y caminé despacio por todas y cada una de las clases. Los pasillos gritaban silencio, eran demasiado cortos, demasiado bajos; nada cuadraba con las proporciones del recuerdo. Entré en mi aula de 3º, y allí estaba todo. Los pupitres en filas de dos, las perchas, el cuadro de los reyes y el mapa de Andalucía. Pero no estaba Don Juán ni esperaba la campana.
Bajé una de las sillas y con la indecisión de haber soñado tantas veces ese instante, me senté a ver pasar veinte años frente a mis pupilas. Yo inauguré aquel colegio… Fue desbordante observar las paredes de antaño, mirar esa pizarra que cada mañana durante siete horas en otro tiempo era el centro de mi vida, tratar de abstraerme y ser rescatado del presente; verlo todo tan pequeño… Tan, tan pequeño.
Deambulé por el resto, dediqué un guiño paterno a las ventanas donde comencé a soñar con mi futuro, toqué el dibujo de Mafalda en el servicio de las niñas y encendí el gimnasio, que ahora era salón de actos, a pesar de conservar fuera la enorme colchoneta verde y gorda de siempre, la que ansiosa me esperaba tras el potro. Abandoné la sala con la infancia atada a los tobillos y al salir, no tuve valor para despedirme de la fuente del patio.
La escuela sin niños ni maestros se ve pequeña, sabe a tierra en las rodillas, huele a los mejores años del hombre y suena a serie de mediodía. Necesitaba contarlo en caliente, con la imagen aún latente en las pupilas, sin artificio ni retórica engalanada.
Necesitaba volver algún día… Y hoy me hice un poco más viejo.
Me has hecho recordar mi escuela...
ResponderEliminaruna vez yo viví algo muy similar...
Nos hacemos viejos...
y sabios.
Lo demás ya lo sabes.
Besos de Miércoles raro.
LaNiñaMariposa.
Es cierto como cambian las proporciones, yo la recordaba enorme, después volví, con mi 1,90, todo parace más pequeño, y se agolpan los recuerdos y te descuadra todo. hermoso. Un abrazo pisha.
ResponderEliminarCuando yo volví celebrábamos los 25 años de su inauguración , y como bien dices recorrimos los pasillos viendo las fotos de cada final de curso ... madremía que recuerdos jajajajaja
ResponderEliminarUn beso Miguelin
Hola Luis, vengo ante todo a agradecerte tu visita a mi espacio y el que sigas. Voy a quedarme por aquí a leer tus contenidos. Con respecto al post de hoy, te digo que es bonito recordar, los recuerdos son perfume para el alma. Noto mucha sensibilidad en tu escrito. Me alegra haberte conocido.
ResponderEliminarRecibe un saludo cordial.
Pequeños grandes recuerdos que nos acompañarán siempre.
ResponderEliminarCopmo dijo alguien... todo pasa y todo queda.
Besos.
Hola, buenos dias, acabo de ver tu vídeo, ayer te escribí, pero no te había visto!.
ResponderEliminarYo igual que tu soy nueva en esto, desde junio julio más o menos.
Tu relato de hoy, me hizo caminar por esas calles que nombras y entrar contigo a tu cole!!
Saludos y que tengas un dia genial.
Jacquie.
Pues hijo, la mañana se me ha llenado de colores leyendo tu entrada preciosa. Cuando quedan menos hojas en el futuro, pero esperas que todavía muchas, la memoria de los demás emociona dando hervor a otro recuerdos. Una alegría haberte descubierto, y mañana tendrás un lector desde China :-) donde vuelo en menos de 24 horas. El país de mis hijas queridas. Un abrazo Roberto
ResponderEliminarVaya que casualidad, terminando de leerte, me he fijado de donde eres y ¡atiza! resulta que yo tuve una compañera de internado en Madrid, esta compañera era hija de militar como yo y era de tu pueblo de Conil, tenia la gracia por arrobas hablando...que tiempos aquellos...
ResponderEliminarSaludos
aquellos años en los que nos imaginábamos nuestra vida,que nunca es como pensábamos entonces...
ResponderEliminary qué cierto es,los profesores ya no nos imponen como entonces,los vemos como personas normales y corrientes,el colegio se nos hace pequeño...al menos conservo a los amigos,eso siempre,localizados,juntos más o menos...siempre presentes...fueron lo mejor de entonces y me alegro de seguirlos teniendo en mi vida adulta
Sensibilidad en estado puro y perfecta descriptiva se respira en tu texto.
ResponderEliminarQué recuerdos de niñez, verdad? donde todo se magnifica, donde nos gusta volver para recrearnos en los dulces recuerdos, en las vivencias que ya no volverán. Ya no miramos con los ojos de la ingenuidad. Bueno, tú aún , que eres muy jóven.
Me gustó descubrirte, eres un saco de sentimientos.
Un abrazo
Cuando se ha sido un niño con una infancia feliz, recordamos de buen grado el colegio, los compañeros y el profesorado.
ResponderEliminarEl mío lo fue, me has traído muy buenos recuerdos a goma de nata.
Néctares
No hay nada mejor que la infancia :)
ResponderEliminarAQUEL RECORRIDO POR TUS RECUERDOS PINTADOS DE LARGOS CORREDORES... ME LLEVÓ DE LA MANO AL RECORRIDO QUE HE DE HACER... QUE QUIERO... GRACIAS POR HACERME QUE RECUERDE... Y POR TUS HERMOSAS PALABRAS...
ResponderEliminarUN ABRAZO FUERTE...
Lo siento Miguel, no sé porque te dije Luis, cosas que pasan en este mundo donde tenemos tantos amigos. Reconozco que es de muy mal gusto confundir el nombre de las personas. Seguro que no me volverá a pasar. Recibe un besazo muy grande y mis disculpas.
ResponderEliminarQue recuerdos y que suerte tienes.. mi colegio de la infancia desapareció ya, era tan viejo y soy tan viejo.. jajajja, el ya no queda, espero yo tardar un poco más.
ResponderEliminarUn abrazo.
Me encantó la manera en que nos cuentas tus recuerdos escolares. La conclusión de sentirte un poco más viejo es muy emotiva!
ResponderEliminarun abrazo.
jeje si, asi son las cosas cuando eres pekeño... como extraño los dias de escuela, aunke la verdad extraño mas la secu jej supongo ke me hace falta mas por vivir...
ResponderEliminarbua me inspira mucho tu blog :)
Aquellos maravillosos años, llenos de risas, sueños del que seríamos, travesuras mil.
ResponderEliminarYo no puedo ir a mi cole, lo derrumbaron para hacerlo nuevo, ya no tiene nada que ver, pero bueno en mi recuerdo ahí queda, sobremesas tumbada en la ventana mirando ver pasar las nubes, me imaginaba formas con ellas, soñaba y pensaba cosas. Desde entonces no he dejado de soñar e imaginar un mundo mejor siempre....
Besitos milllllllllllll
Te puedo asegurar que aquellas paredes,todo el lugar (incluidos los nidos de golondrinas eternos de la galería...los recuerdas?)sintieron tu presencia y vieron en tí el niño que aún eres.Un abrazo muy fuerte ...vuelves a emocionarme y hacerme sentir orgulloso de tí una vez más.
ResponderEliminarMucha poesia en tu forma de escribir,me encata.
ResponderEliminarQue deprisa pasa el tiempo,hace dos dìas fuimos
niños que soñaban con ser mayores.Aquì y ahora,mayores que añoramos instantes ya vividos.
Con Cariño,Madreselva.
QUE BONITO, como ha dicho alguien poraqui, me he transportado a tu pueblo, a tus calles y a tu cole y a la vez al mio, en el que estuve 11 años y al que regresé hace poco pq es tb el de mis hermanos y les hicieron una despedida, fue bonito que todos los profesores se acordaran de mi cara y de mi nombre, basicamente por lo gamberra que era jaja, fue precioso transportarme en el tiempo veme pequeña, descubrir que mis miedos pasaron y que como todos los mayores temores se quedan cuando pasan los años en una simple anécdota,recordé la gente que se ha quedado en el camino y me dio miedo a seguir creciendo, a ver que la vida pasa tan rapido que no nos enteramos,gracias Miguel, es precioso,besitos Carmen
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