RÁFAGA DIURNA

"Uno está enamorado cuando se da cuenta de que otra persona es única".

Jorge Luis Borges (1899-1986) Escritor argentino.

EL DISFRAZ DEL AIRE


"Error funesto es decir que hay que comprender la música para gozar de ella. La música no se hace, ni debe jamás hacerse para que se comprenda, sino para que se sienta."
Manuel de Falla


Yo creo en la música, es lo que da sentido a esta vida, la esencia absoluta e inamovible de la misma. La música es el arma más poderosa de este mundo, pero sólo para los que sabemos oirla. La música es la conexión directa a las estrellas, lo que nos unía a todos en armonía cuando aún flotábamos en el vientre materno sin saberlo, el por qué ansiado; el principio de causa. La música es el lenguaje de la vida, hay que amarla más que a la propia vida, incluso más que a uno mismo. Desde pequeños la sociedad fue cerrándonos los oídos a base de hipotenusas, visigodos, cordilleras y frases subordinadas, ahogándonos el don divino de escuchar los labios de una alondra, el azote de un maizal, el desplome fatigado de una ola que vino a morir a la orilla. El idioma del mundo y su verdadera Torre de Babel.

A los melómanos natos nos contaminan las directrices del solfeo y sus partituras. Sólo nos reconfortan los acordes llanos y sucios en su ejecución, las melodías sin batuta, sin recargo. Simples, valientes y magníficas por su carencia de artificio y pureza de embuste. Notas canallas, maleducadas y callejeras que sólo andando por el filo de la navaja esbocen una sonrisa. La música no se aprende en los libros, está ahí afuera, saltando de alma en alma, obviando a los desagradecidos y anclándose al corazón sonoro; el que hasta en el latir sabe acompasar el ritmo del universo. No son cuerdas, vientos ni sones percutivos, es el disfraz del aire. Ese que se cuela bajo la piel sembrándotela de mariposas. Entra por el oído y agiganta al niño que llevamos dentro dándole el empujoncito necesario para enamorarse una tarde de domingo, inflándole el pecho con la armonía de un arpegio hasta gritarse en la garganta con la furia de los siglos que paciente supo esperar el ser humano para parir un piano, una guitarra, una flauta travesera...

Son los instrumentos los dedos del verdadero Dios, el que guarda el secreto de los tiempos encerrado en el tronar de una tormenta, el chapoteo de la lluvia o el crujir de la tierra yerma. Escuchar es algo que se hace intencionadamente, mientras que oír es algo que sucede independientemente de nuestra voluntad. Por eso podemos oír sin querer. En cambio, es imposible escuchar sin querer porque dentro del concepto de escuchar está la idea de intencionalidad. Quien sepa oír y escuchar con el corazón, podrá decir que realmente ha vivido.

4 comentarios:

  1. La música puede mover el mundo. No importa que sea perfecta, cuenta el sentimiento (cómo cuando tú tocas, jeje, aunque vas mejorando...) Un abrazo amigo

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  2. La música llega donde la palabra y el pensamiento no pueden llegar ... es el sentimiento primigenio y atávico del ser vivo , la única forma real y total de comunicación.Y aunque no hay palabras para describirla " totalmente" tu texto se acerca mucho por que es puro virtuosismo del sentimiento.Un abrazo ... nos vemos pronto.

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  3. Música eres tú, ooole el niño del duende y con tó el duende dentro, para cantar, tocar, escribir y componer....y esto no ha hecho más que empezar.
    Suerte tendrás seguro, eres un tío grande ya lo sabes! la brujita gitana nunca miente.
    La vida sin música no tendría sentido, espero que sigas viviendo por y para ella.

    Ahm y gracias....

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  4. *El ritmo es el corazón*

    Amado Cielo
    Amadas Estrellas
    Amado Cielo bello
    Amada mi Luna
    Amado el Sol

    El ritmo es el corazón
    La idea es el espíritu
    La voz es el alma....

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