Las cosas suben y bajan, mueren a menudo inadvertidas en el rincón más olvidado para luego florecer bajo mares de nostalgia. Las parejas se besan, se quieren, desatan su pasión más primigenia bajo esta luna de verano y mueren al volverse idiotas con el soniquete de un latido.
Cuando se habla de estar enamorado como un loco se exagera; en general, se está enamorado como un tonto.
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