Caminé entre brazos amigos, en mi nido materno, en soledades vespertinas, entre andares de almíbar, entre chanclas y cubitos. Caminé en la nimiedad más absoluta que recarga este equipaje, la que tiñe el titilar de las estrellas con batallitas de zagales en nuestra calle Espronceda.
Entre gordos y más calvos, entre padres primerizos y jóvenes abuelas.
Vertí las copas de mis secretos malcurados, anduve a tientas con el presente y reventé su madrugada por los cuatro costados, el agua de sus floreros y la impúdica luna que esta vez lloró a dos velas. Ahora me resta el porvenir y su enigmática expectativa, el devenir de quinielas que cumplan o ardan arrasando proyectos que se derrumben para volver más sólidos a la batalla del mañana. Mañana de amigos, mañana de versos. Incierto y siempre grandioso mañana.
Aprieto los dientes, sonrío a la vida con los colmillos, afino las cuerdas y beso a la posteridad por si algún día recala en mi puerta. El futuro lo mimo porque es el sitio donde voy a pasar el resto de mi vida, cuando menos digna.
¡Cuánto bien te hace tu tierra, tu gente... se respira en lo que escribes cuando los evocas!!!
ResponderEliminar"El futuro lo mimo porque es el sitio donde voy a pasar el resto de mi vida, cuando menos digna."
Siempre tienes la frase que sentencia todo lo que escribes, buenísimo...
jejje... Qué maravilla!! Andas agregando entrada a escritos que estaban vacíos y desamparados... A mí también me gustó la frase, me pilló el día tonto....jajajja. Besos y mordiscos.
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