
Jorge Luis Borges (1899-1986) Escritor argentino.
¿Y qué hago yo ahora con la nieve? Con las manos huérfanas y ciegas deambulando por la casa... ¿Cómo le rehuyo a este vacío cavernoso que se me ha clavado en el iris? Contemplando cómo una vez más se suicida el entusiasmo al esperarla en todas partes.
Cómo besarte soledad si no encuentro compañía conmigo mismo, si la hilaridad murió entre rosas y nada queda ya del todo compartido ¿No ves que apenas recuerdo siquiera ser? No hay nada más hondo que barrer del hombre su fe de sueños, como arrancarle al techo del mundo su luna de siglos, las ansias de hallar culpables para este quebranto de pavesas apiladas en el corazón alado. El vicio de la tristeza me ha partido la calma y sólo albergo estas paredes repintadas de nostalgia, apenas sí adivino un desconchón de lucidez presente cuando alguien pronuncia su nombre. Salió de mí con el destierro de mis versos, con la llama de estos ojos en una cajita sucia.
Los hombres vienen solos a este mundo y solos lo acaban por abandonar, pero fui un ángel en sus alas hasta olvidar la condena que acabaría por cumplir. La lloré fusilando sin piedad las alondras en la almohada y yo... Que vi alejarse su estela como dócil se confina el perro a la alfombra del recibidor. Yo, que por tener que nacer tardé algo más en quererla, que me ofrecía tan poeta a sus noches de luna y candil, dejé por siempre de amar a la vida... Y apareciste tú.