"El primer beso no se da con la boca, sino con la mirada".
Tristan Bernard (1866-1947) Novelista y periodista francés.
Lo hacía y yo residía en ella, desde mi balcón cercano, contemplándola domarle el tiempo a las horas, de espaldas a un universo que pasaba vertiginoso frente a ella, impasible ante el roce de su aire, de ese bendito existir suyo que le arropaba los días al mundo a cambio de nada, sin que nadie más que yo lo supiera. Se hallaba en mi con un lazo de viento, abanicándome sin querer el suceder de días, y yo la quería. La quería tanto como para enfermar de apego, de corazón travieso enredado en el pecho.
Desde cien lunas lejanas y mil más que cercanas nos tuvieran, jamás supo de mi halago, de mi devoción amada en aire, en hechizos de miradas perdidas con regusto a primavera. La tuve en mi aquí, en la piel de este banco podrido de horas, desde el confín de los mares que separaban aquellos centímetros en que nunca fuimos, aquellos en que éramos. La tuve esbelta en mis canciones, adivinándole el pender a mi vida tras aquella sonrisa única, vertical a mi horizonte.
Y una tarde de Abril cambió de parque. Cambió y palpé el desastre al saberme anegado de ella, tanto como para ahondarme en su huella hasta seguirla en zozobra, en mi hundimiento de ser hasta el fin de los caminos. Seguí sus pasos y me instalé en otros valles, junto a su íntima forma de prescindirme, siempre de lejos bajo la atenta mirada de nadie.
Era tanta la grandeza de quererla como nadie había querido, de alimentarme de ese espacio en que me obviaba el cariño; tan inconmensurable el placer de adorarla en la voz del silencio... que nunca llegué a hablarle.
Que lindo escribes.
ResponderEliminarComo olvidar lo que tan puro sentimiento te ha causado...imposible!
Besitos chico dulce ;)
El tiempo pasa, se va;
ResponderEliminarlos sentimientos, no.
Muy bueno!
Un abrazo!!
"Era tanta la grandeza de quererla como nadie había querido, de alimentarme de ese espacio en que me obviaba el cariño; tan inconmensurable el placer de adorarla en la voz del silencio... que nunca llegué a hablarle."
ResponderEliminarHay veces en que las miradas hablan y no es necesario ponerle voz al sentimiento, al igual que hay amores que viven dentro sin necesitar siquiera la aprobación del otro... quedan en un espacio dedicado simplemente a existir en nosotros...
Un beso...
Vaya, vaya. Hoy sí te tenía que comentar, porque para los que seguimos siendo niños, lo que has escrito es de los que llegan. Muy bello maestro.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo.
Imposible olvidar lo inolvidable!!
ResponderEliminarcomo siempre precioso!!
Besotes!
Zonita!
lejos es el texto que más me ha gustado desde que te leo, es absolutamente mágico
ResponderEliminarabsolutamente emocional, absolutamente atemporal
es de esos momentos que se calcan a la esencia
Felicitaciones, y el tema de fondo le acompaña totalmente
besos y buen fin de semana Miguel
"Seguí sus pasos y me instalé en otros valles, junto a su íntima forma de prescindirme, siempre de lejos bajo la atenta mirada de nadie."
ResponderEliminarMata esa línea. Excelentemente escrito
Mirando al río una rumbita te escribí... pufff, el día que yo comience una canción con tanta clase podré dormir tranquilo... Un abrazo
ResponderEliminarHombre Jorgito!! Qué ilu tenerte por aquí, jejje... Pues sí, al amigo Andrés no vamos a descubrirlo a estas alturas... El día que yo componga un "Paloma" hablamos del gobierno... Un abrazo Pon.
ResponderEliminarGrande Miguel. Me encanta esto "aquellos centímetros en que nunca fuimos ". Y me parece brutal, aunque pase desapercibido, la fuerza que tiene la frase que da el giro a la historia "Y una tarde de Abril cambió de parque". Su posición en el texto, la elección de las palabras justas, que es muy importante, hacen de ella una frase lapidaria, cambia de parque y es como si sellaran una lápida. Genial, como siempre.
ResponderEliminarcomo haces esto...revolucionas el corazon, haces revolotear, x un instante, cientos d mariposas...Y nunca le hablo!!!!!! Ufff, casi me da algo! Menudo despertar... Buenos dias, fiera!!
ResponderEliminarMe rindo a tus escritos,son tan bonitos que me haces vivir ese amor de obsrvación,casi de temor ante la ruptura del sueño de tenerla aunque sea así,de lejos.
ResponderEliminarEs tan hermosa la historia!
Un besazo.
Como siempre haces de lo bello, mas bello si cabe, y asi es... no hay nada como sentir sin la nececidad de percibir nada a cambio, solo por el mero placer de amar lo que se quiere, de permanecer ahi en la distancia pero llenandote de esos detalles que hacen inolvidable los sentimientos...
ResponderEliminarMuaks.
¿Jamás supo? ¿Cuántas cosas mueren por no haber sido dichas?
ResponderEliminarVaya tela, niño! Este texto sí que es de los imposibles de olvidar!!
ResponderEliminarSupongo que muchos nos sentiremos reconocidos en ese personaje que alguna vez amó en el silencio; puede que quizá las palabras hubieran roto el encanto del instante.
Esos meses robados de abril nunca se olvidan...
No me quiero ni imaginar la intensidad que pueden guardar las próximas entradas con aire conileño....
Un puñado de besos!!