"En el rocío de las pequeñas cosas, el corazón encuentra su mañana y toma su frescura".
Khalil Gibran (1883-1931) Ensayista, novelista y poeta libanés.
Pobre de aquel que vio meras caricias donde hubo manos en velero.
Pobre del que camina con el vértigo a la muerte menguándole los días, en la cautela del venidero alud que nunca llega a acontecer. Infortunado proceder el suyo, por ahogarse en plena orilla con su cáscara de nuez. Pobre del próspero en su caduca opulencia por no saborear los charcos, ni tener alma de humilde barreño. La soberbia merca besos, pero nunca podrá costearse el latido de un corazón enamorado.
Benditas las pupilas frágiles por diluirse en la acuarela de un cielo amanecido, bebiendo su purpúrea gradación sin despeinar las trenzas de la luna. Pobre del rincón que guarda luto a nuestra ausencia, envenenado de nostalgia hasta enfermar a la propia añoranza. Triste solitario quien cierre balcones, anclado en dorados ayeres por tan ciego obviar la ventura del mañana. Ay de quien sueñe soñar; la felicidad huye a su perseguidor como la sombra a la noche... La fortuna es la veleta del destino, fuimos simples herederos de un mundo compartido hasta que hicimos nuestro su legado. Pobre del hombre, pobre del hombre.
Bendito el amor por acechar silente esta abisal ignorancia y demoler los cimientos de nuestra laberíntica presunción de eruditos. Por devolvernos de rodillas, la fe en una hoja de trébol.
Qué pena que no sepamos saborear los detalles de cada día, esos instantes que se cruzan en nuestro camino y a veces atropellamos pendientes como estamos de la meta. Se nos pasan los minutos pensando en el futuro sin disfrutar del presente, desconocedores de que la magnitud de aquél dependerá de la belleza de éste. Perdemos intensos amores por correr tras oasis que jamás calmarán nuestra sed.
ResponderEliminarPero aquí, entre tus letras, el tiempo se ha parado, la noche se ha iluminado y el corazón late fuerte.
Un beso enorme
Muchas veces, mi señor Miguel, el amor de verdad, ese que no solamente se siente feliz siendo amado, sino pudiendo amar, es como la suerte de encontrar un trebol de cuatro hojas... dificil.
ResponderEliminarFelices, y amorosas, madrugadas mi señor.
**No es mas grande quien mas sitio ocupa,sino quien mas vacio deja, cuando se va, a veces la soledad se convierte en todo cuando no hay nada, solo tú, nos haces que soñemos con soñar. Un beso muy dulce de tu simple maravillada...
ResponderEliminarPobre de aquél que pase por la vida altivo, sin saber que nada es gratis y hay cosas que el dinero no puede pagar...
ResponderEliminarBendito el que aprecia los pequeños regalos que nos ofrece la vida, a pequeños sorbos, como se da de beber a un sediento...
"La soberbia merca besos, pero nunca podrá costearse el latido de un corazón enamorado."
Besos y mordiscos...
Qué maravilla poetisa... Me ha encantado, gracias como siempre por ser tú. Besitos niña.
ResponderEliminarAhí estaba usted agazapada a esas horas mi señora maile?? Un Sábado?? Qué daño está haciendo la poesía a las nuevas generaciones... Besos y mordiscos.
ResponderEliminarVaya con la maravillada misteriosa... Manifiéstate!! jejej... Me alegro por hacerte soñar de nuevo. Besos y mordiscos.
ResponderEliminarSabía a ciencia cierta que elegirías esa frase Mercedes. Cómo nos vamos conociendo ya... Un besazo desde Saturno.
ResponderEliminarPobre de aquel que no aprecie la vida, que no aprecie el amor y que no aprecie el sentimiento de un poeta.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo
Ni la soberbia de sentirse inmortal, ni el miedo a intentar alcanzar lo que se sueña!
ResponderEliminarUna buena filosofía!
un abrazo.
Por devolvernos de rodillas, la fe en una hoja de trébol...
ResponderEliminarYo siempre me voy quedando con los finales, quizás porque todo se resume a las ultimas frases, normalmente, y eso que como dice el señor Drexler hay que amar la trama y no el desenlace, pero yo siempre fui de finales.
Otro maravilloso texto para días grises.
Un fuerte abrazo.
Agazapada no, mi señor Miguel, recien llegada del trabajo (como ahora, je je). Y si fuera de las "nuevas generaciones", seguro que me habria ido de marcha... pero habia que trabajar hoy.
ResponderEliminarDe todas formas prefiero relajarme leyendole, por ejemplo, aunque suene a lamento como hoy.
Como siempre, sus besos me los quedo. Y los mordiscos tambien si son discretos.
Ya echaba yo en falta esta prosa poética ácida y crítica, pisha. Cuando te pones fino no hay quien te gane. Elegantes puñaladas que te eximen del delito primo.
ResponderEliminarFuerte abrazo
Un día vi una frase que decía algo así como: "te pasas la vida esperando que pase algo y lo único que pasa es la vida" Así de sencillo.
ResponderEliminarMe gustó mucho tu texto
...La fortuna es la veleta del destino... Bendita veleta que en algún momento, sin apenas percatarnos, se tornó y nos hizo en algún sentido afortunados.
ResponderEliminarNos vemos por estos lares. ;-)
Besos!
Preciosas palabras amiga mía... Nos veremos sin duda por esos lares, en una bicicleta naranja, que no roja... Besitos.
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