RÁFAGA DIURNA

"Uno está enamorado cuando se da cuenta de que otra persona es única".

Jorge Luis Borges (1899-1986) Escritor argentino.

CUATRO VIENTOS



Esta fue una carta en la distancia que nunca llegué a enviarle a mi madre porque una mañana decidí vestirla de canción. Decía Canetti que nadie es más solitario que aquél que nunca ha recibido una carta y llevaba razón. Las palabras no son sólo meros vocablos, son la voz de lo que somos, de cuanto seremos y sobre todo, de aquello que nunca fuimos. Yo nunca fui mayor, siempre me guardé ser niño a pesar de mi notable estatura. Fui siempre un diminuto cantarín abrazado a su guitarra. Ella, sólo ella fue mi verbo y mi lenguaje, más allá de todo principio, como sólo soñamos los soñadores de imposibles, como si apenas hubiera vida más allá de las canciones que otros oyen por oír. Pero también por ella dista el sur cada vez más del norte... y eso sólo va conmigo, sólo a mi me araña el viento que ya no entiende de horizontes. Esta si es la carta que nunca tuvo destino, la que nunca rozó tus manos por vestir de melodía. La que grita lo que calla mientras calla cuanto grita. Porque sigues ahí mientras yo ando siempre lejos, porque el mundo nos debe tantas revanchas perdidas mamá... Un clamor contra el olvido del besar de tiempos lentos en mis calles de Conil, siempre mis eternas calles; allá donde solita y valiente te me cobijas de este maldito bicho que desola nuestros barrios mientras sigo pregonando este cantar que me envenena. Uno nunca iba a hacerse mayor y ya ves... Las vueltas que nos dio la vida. Por el presente que olvidó dedicarte sus honores, tu canción cantada a los #CuatroVientos por siempre Maria Fernanda Ruiz Perez. La mejor madre del mundo. ❤️😘 "Donde las palabras hacen su madriguera escribo lo que canto y sobrevivo a mi manera. Dejé el nido vacío, amor de callejuelas, lunas a la deriva; mi rumbita ratonera... Memoria de una duda bordada en el dobladillo y el tiempo peina canas a los viejos amigos. Piedras, me fui pisando piedras en busca de esa frase que nunca llamó a mi puerta La musa que se oculta detrás del lapicero solo regala besos cuando tú me echas de menos... Suenan los cascabeles que anuncian la mañana y el aire bandolero me despeina la cara. Náufrago, por vela una canción Siempre al Sur el horizonte; Seda, la de tu pañuelo Por fortuna o desventura eché a volar y una noche en altamar perdí los zapatitos nuevos. Niña tú que enciendes mi cantar de ropita en el balcón, de zaguán y caramelos... Tú barquilla entre olas que vienen y van, yo cometa en altamar luchando con los cuatro vientos. Qué lejos resuenan guitarras por Sabina, El Aire de la Calle y su pellizco a mi pasado, la noche duermevela de mi primer tabláo, el alma en carne viva cuando me iba de tu lado... El sueño parte a lomos de un potro desbocado ahora que por fin siento que no me he equivocado".

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